Carta cerrada al Dios del AT

 Hola, ¿estás ahí?:

Perdona, pero me siento muy ridículo escribiéndote, me pareces tan irreal que parezco un loco hablando a la pared, bueno a la pared no, porque la pared es real. Vamos a ver, ¿por qué te escondes de la gente? ¿Tan tímido eres? En realidad, esta carta, inconscientemente va dirigida a los creyentes, quiero decir, a los crédulos, eso de creyentes es una palabra inventada solamente para los crédulos que creen en lo inmaterial, si existe algo de eso. Lo contrario de creyente no es increyente, sino incrédulo, así es la cosa.

Los que dicen que han “hablado” contigo lo han hecho a través de sueños, incluso al que consideran el gran patriarca, Abraham, del que curiosamente dicen que su esposa se reía de él por ello. Otras veces, los “privilegiados”, oían una voz atronadora (de trueno) que salía de una zarza ardiendo. Pero hombre, ¿es que un ser todopoderoso, como dicen que eres, no es capaz de comunicarse normalmente con sus adláteres.

No te ofendas, pero prefería a aquellos dioses del Olimpo griego que eran muchos, que se peleaban entre ellos, que se comunicaban con los humanos e incluso tenían hijos con ellos, … de lo que estás pensando hablaremos en otra ocasión.

Podríamos hablar de la palabra “crear”, es sinónimo de fundar, establecer, idear, imaginar, … y tus amigos le han añadido otra acepción, la de “producir algo de la nada”, ahí es donde entran los creyentes o crédulos, los otros significados de la palabra implican que el concepto o la cosa existe o ha existido antes, por ejemplo, si te imaginas a un monstruo, escoges lo más malo que hayas vivido u oído y lo plasmas en un ser con esas características. El ser humano no está capacitado para crear en el sentido “bíblico” y no puede comprender que alguien pueda hacerlo. Por eso tus amigos han inventado la frase “los caminos de dios son inescrutables”, y así resuelven el problema, porque no vas a venir a explicárnoslo.

Dicen que eres Único, al principio no era así, según dicen que decías, “No adorarás más dios que tu Dios”, es decir, que daban (dabas) por hecho de que existían otros como tú, pero tú querías ser el único dios de los judíos, que después otros extendieron el cuento de que, en realidad, querías ser el dios de todo el mundo (y parte del universo) y de que no existía ningún otro. Los creyentes (crédulos) se lo creen todo. Lo que pasa es que ante la duda, y por si acaso, inventaron lo que se conoce como la santísima Trinidad, más que nada para que no estuvieras tan solo, ya que eras incapaz de comunicarte con tus “creaturas”. Porque en ese “olimpo” donde dicen que habitas, hay más dioses y semidioses que en ningún otro, hasta una diosa y muchos dioses menores, como son los angelitos del cielo y si eran pocos también te rodeaste de semidioses a los que llaman santos.

Pero lo peor no son las incongruencias, que tus amigos salvan con lo de “los caminos de Dios…”, sino que las historias que cuentan de ti en el Libro, son aún más absurdas, en el dicen que eres todopoderoso y todo lo que haces es a través de personajes, seguramente también terráqueos ficticios, Noé, Abraham, Moisés, … o de tus angelitos del cielo para expulsar o destruir. No. No quieres mancharte las manos de sangre, pero eres el que mandas, así que eres el principal culpable, el mayor asesino en serie que ha existido nunca, menos mal que sólo eres una ficción. Cualquiera que lea con detenimiento tu Biblia, comprobará que no eres bueno sino un psicópata, que no eres todopoderoso, porque necesitas a otros que te hagan el trabajo, que no eres inmutable, pues haces y deshaces sin ningún rigor, dices que lo que “creas” es bueno, pero más tarde lo destruyes porque te das cuenta de que no es tan bueno como creías, eso también implica que no eres omnisciente. ¿Eres eterno? Si lo fueras no existiría la Nada, y no podrías haber creado el mundo de la nada, la lógica te dice que la materia, lo único que vemos y sentimos, ha existido siempre, “la materia (y la energía) ni se crea ni se destruye, únicamente se transforma”, y lo que llaman “espíritu”, es algo que emana de la propia materia, “el espíritu de la música”,  “el espíritu de la pintura”, expresado como algo que se debe captar como la esencia de las cosas materiales, que sólo existe en nuestra imaginación.

Lo tuyo no tiene ni pies ni cabeza, y muchos de tus crédulos argüirán: “¿por qué te ocupas tanto de Dios si no crees en él?”. Argumento más falso que “Judas”, sois vosotros los que insistís con su existencia, la razón hace que nos sublevemos ante esa barbaridad y nuestro deber es demostrar su inexistencia. Si alguien dice que ha visto un burro volando, se le tachará de loco, pero si son unos cuantos los que dicen haberlo visto, es justo y necesario que tratemos de hacerles ver que eso es imposible, aunque nos parezca igual de absurdo tener que demostrarlo, sabiendo que existe lo que se llama “locura colectiva”.

 

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