Carta cerrada al Diosito del NT
Así que tú eres el Hijo del Padre, el
Hijo del Dios de la Biblia, el Dios de los judíos, a los que maldicen tus
seguidores, ¡vaya tela! Aquí, en la tierra, deberías saberlo, el hijo de papá,
es un privilegiado, protegido por su progenitor, en el cielo, por lo visto, es
otra cosa. Por más que lo pienso, no paro de preguntarme, ¿qué coño se le pasa
por la cabeza a un padre, que dicen que es todopoderoso, para enviar a su hijo
(“bien amado”) a sufrir un martirio y una muerte horrible aquí en la tierra?
Es hablar por hablar, si no creo en que
exista algo o alguien como tu padre, no voy a creer en su hijo, sería de locos.
Tu historia es tan absurda o más que la
de tu querido Padre eterno, se me ocurre un chiste: la cantidad de putadas que
te esperan en tu eternidad, porque no creo que se conforme con la que conocemos
todos. En esa tu historia, te tratan como a un loco de los que abundan en todos
los momentos de la humanidad. Predicadores, iluminados, que vienen a salvar a
todos o a la gran mayoría. Lo adornan como en todos los casos de pequeños
milagros, indignos de un ser que se supone es un dios que lo puede todo. Cura a
un ciego pero no se le ocurre curar la ceguera, resucita muertos en tiempos en
los que la esperanza de vida era muy pequeña, en ese aspecto la ciencia ha
logrado mucho más, la gente vive el doble de tiempo que antes. Lo de
multiplicar los panes, los peces y el vino, ya colma el vaso de lo absurdo, en
una fiesta familiar, no se te ocurre otra cosa que hacer el milagrito en
cuestión, ¿cuánta gente moría de hambre en aquella época y sigue existiendo esa
lacra? ¿Qué pasa, que no era capaz tu querido padre, o tú como su enviado, de
acabar con esa “anomalía”?
No, no cumpliste con tu mandato, según
dicen viniste para redimirnos, ¿de qué?, ¿del pecado original? Pero si nosotros
no tenemos nada que ver con eso. ¿Para traernos la palabra del Dios, tu Padre?
Poca cosa hiciste, otros lo han hecho mucho mejor, quizá por eso tu padre
resolvió hacer borrón y cuenta nueva y llevarte de regreso a “casa”, no sin antes
ensañarse contigo, eso sí, por medio de otros, Él siempre se ha lavado las
manos (como Pilatos). Otros anteriores a ti dijeron e hicieron cosas más
útiles, Buda, Platón, Zaratustra, … etc. etc. etc. Entonces por qué dura tu
“mensaje” más de dos mil años. No hay ningún misterio, porque los reyes y
poderosos de todas las épocas han encontrado un chollo, acomodándolo a sus
intereses, perpetuándolo según sus intereses. Empezando por aquel emperador
espabilado, llamado Constantino, el verdadero promulgador del cristianismo, que
vio una manera “limpia” de someter a su pueblo, aunque luego haya habido tanto
derramamiento de sangre por esa causa. Constantino fue el propagador de la
“fe”, y el inventor de ese engendro, Saulo de Tarso, que plasmaron con unos
cuantos cuentos chinos (judíos, griegos o romanos, hay dudas), en lo que
llamarón más tarde los Evangelios del Nuevo Testamento, escritos, no hay que
olvidarlo, mucho después de la supuesta muerte del Cristo, lo que nos hace
pensar que lo único que hicieron es darle forma al mito, un mito fácil de
armar, tomando recortes de otras historias de semidioses antiguos, como Mitra,
Horus, Dionisio, Krishna, Attis, … que, según cuentan sus fábulas, nacieron de
una virgen un 25 de diciembre, que hicieron milagros y que no murieron de forma
natural, antes de subir a los cielos.
No me canso más (a ti no creo), si
acaso, en algún otro momento seguiré escribiéndote, pero no hace falta que me
contestes.
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